Seguimos haciendo honor al nombre del blog y esta vez opto por probarme en una nueva disciplina, en el I Kilómetro Vertical Ibon de Bernatuara. El sábado 8 de septiembre se hace esta prueba, mientras que el domingo tendrá lugar una carrera de 22 km, que no puedo hacerla (empiezan las fiestas de Galdakao el viernes y hay compromisos que cumplir). Es el I Trofeo Refugio de Bujaruelo.
Bueno, la cosa empezó mal y acabó...mal, unos dolores muy fuertes en la zona lumbar (mi tendón de aquiles desde que empecé a remar) hacen que tenga que abandonar cuando ya había hecho algo más de la mitad de la prueba.
Pero empecemos por el principio. Elegí esta prueba porque mi hermano Aitor me iba a acompañar. A él le encanta el Pirineo y ésta era una buena excusa para pasar un buen rato con él, pues desde que me vine a vivir a Galdakao nos vemos menos de lo que quisiéramos. El plan es salir el viernes al mediodía, dormir en la furgo y el sábado cuando acabe la prueba volvernos.
Pero el viernes se despierta mal, está enfermo, pobre.... (ánimo Aitortxu!!)¿Y ahora qué hago? Después de mucho pensarlo decido ir a Bujaruelo, pero el 70% de la ilusión, ganas y motivación las dejo en casa. Sin Aitor ya no tiene mucho sentido...
Paro a comer en el embalse de Yesa, junto al camping, y me fijo en la poquita agua que hay.
Y llegando a Jaca, todo un clásico de los días que tengo carrera....sí, control policial! Esta vez a cargo de los nacionales.
Bueno, finalmente llego a Torla y allí las vistas ya son espectaculares.
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Circo de Carriata |
Desde Torla pillo la pista que me lleva al refugio de Bujaruelo, una pista en la que la pobre furgoneta ha sufrido más de lo debido.
Por fin llego al refugio. Lo primero que hago es ir a dar un paseo por el monte para ir activando las piernas para mañana. Más tarde me aseo en el río, bajo el puente romano y voy a la carpa donde me dan el dorsal.
En esta foto de aquí arriba se puede observar el puente romano. Y si os fijaís en los monte de arriba, detrás del punto más alto se encuentra el ibon de Bernatuara. Hasta allí arriba hay que subir!! 1.000 metros de desnivel en 4.5 km. Casi nada!!
Ceno prontito y me meto una buena sobredosis del libro que me he traido ( "Soinujolearen semea", Bernando Atxaga). A las 11 apago la luz y a dormir.
Me despierto a las 8 y desayuno. Me tumbo de nuevo, sigo preguntándome por qué he decidido venir, no se si he acertado, pero bueno, ya que estamos, vamos a pasar un buen rato por estos fantásticos parajes.
Noto que algo no va bien, pues he ido tres veces al baño y antes de empezar la carrera he meado unas seis veces.
El Kilómetro vertical comienza a las 10:00, e iremos saliendo de uno en uno cada 30 segundos. ¿Mi táctica? Pues por la noche pensé la siguiente: "Correr hasta donde pueda y después ir arrastrándome como un limako hasta arriba". Pero por la mañana me dicen que lo más duro está al final, así que decido que voy a ir tranquilo y cuando se ponga dura la cosa, apretar.
A las 10 horas y 11 minutos salgo, cruzo el puente romano y empiezo a subir, es un camino de tierra y piedra en el que se puede correr, pero no se que me pasa que enseguida echo a andar. Aun así, alargo la zancada y no voy del todo lento. A ratos sí que corro y recupero sensaciones. Eso sí, de entre los 39 inscritos hay gente muy muy rápida...
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El refugio va quedando abajo. |
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Tramo por el que discurre la carrera. |
Noto que llevo muy cargados los dos bíceps femorales (la parte de atrás del cuádriceps), pero bueno, no creo que vaya a suponer un problema. Lo que más me preocupa es la zona lumbar, pues siento dolor, que se acrecienta cuando me agacho (algo habitual en los kilometros verticales). Nada, que hoy no es mi día, no voy, después de lo contento que acabé en la Jabalí Trail, hoy me toca vivir la otra cara de la moneda. Decido seguir al menos hasta el avituallamiento para avisar que me retiro, que lo dejo. Allí tomo un vaso de agua y charlo con otro corredor. Que leches!! Voy a seguir joder. Subimos juntos un duro repecho pero así es imposible. Demasido dolor y poco disfrute. Le deseo suerte y me doy media vuelta.
Tengo un cabreo de mucho cuidado, durante la bajada me da tiempo a pensar en un montón de cosas, en reorganizar los próximos objetivos, etc. Me siento impotente, con mucha rabia. ¿Realmente era tanto el dolor que sentía? ¿Hasta que punto a influido en la retirada mi escasa motivación? Sinceramente, no lo se. Pero me parece una falta de respeto hacia los demás corredores mi actuación. Dejando a un lado los fuertes dolores, no es de recibo que afronte una carrera sin ilusión.
Así que nada, llego a la furgoneta y sin quitarme el dorsal ni nada arranco y pongo dirección a casa. He tenido que parar tres veces para estirar la espalda porque el dolor que tenía conduciendo se me hacia insoportable. A las cuatro llego a casa, me queda el consuelo de ver el final de etapa de la Vuelta.
No se, en frío supongo que haré un mejor análisis de lo sucedido. Lo que tengo claro es que algo tendré que hacer para sacarme esta espinita. Eso sí, lo primero que haré es llamar a Guti para que vuelva a tratar los lumbares.
Por otra parte, para preparar esta prueba no he entrenado lo suficiente. Desde que hice la Jabalí Trail el 19 de agosto estuve toda una semana sin entrenar ( con las fiestas de Bilbao de por medio...). Volví a retomar los entrenos el 27 de agosto. Aquí os dejo lo que he hecho estas dos semanas:
Lunes: 50 min. c.c.
Martes: 15 series en una cuesta de 120 metros de pendiente generosa.
Miércoles: 2x5000 metros
Jueves: 3x3000 metros
Viernes: 2x15 minutos de subida en una pedazo de cuesta que no ofrece descanso.
Sábado: Subida al Txarlazo.
Domingo y Lunes: Descanso.
Martes: 1 hora de c.c. metiendo tres buenos tramos de cuestas.
Miércoles: Subo hasta el collado al pie del Mugarra. Más no sigo por culpa de la niebla.
Jueves: 2x2000 metros. Iba a hacer tres, pero noto las piernas excesivamente cargadas.
Viernes: Paseo por el monte.
Sábado: Lo dicho.