miércoles, 11 de junio de 2014

Carrera de Montaña de Zierbena

Si dentro de cinco días toca la Hiru Haundiak, el domingo 8 de junio tomo parte en la Carrera de Montaña ya estuve hace tres semanas.
de Zierbena, que la podríamos denominar como la "Hiru Txikiak", pues también ascenderemos a tres montes, en este caso más modestos, como son el Punta Lucero, Montaño y Serantes. En los dos primeros casualmente

El tema es que después del triatlón de ayer sábado en Aritzaleku, hoy tocaban tres horas por el monte a modo de disfrute. Pero el miércoles mi amiga y ex-compañera de trabajo, Rosa, me invitó a esta carrera en la que ella colabora cada año. No podía negarme....ni quería, además se ajusta a lo que tenía pensado, 23,5 kilómetros y 1100 metros positivos. Para rematar, día de sol y de calor, así que Maitane estará esperándome en la playa cuando acabe.

Salimos a las diez de la mañana y en media hora más o menos llego al Punta Lucero, al que se puede subir corriendo en su totalidad. Y así lo hago, pues la fuerzas están intactas. Comenzamos a bajar y noto que se me recalientan los pies, así que opto por aminorar el ritmo. Me pasa gente, no pasa nada. En un cruce me encuentro con Aritza, el chico de Rosa, el cual también está colaborando en la carrera. Le agradezco los ánimos y quedamos para después.

Recorrido
Bajamos a la playa, Maitane ya está tostándose al sol, ha visto pasar a unos cuantos y creía que yo ya había pasado... Claro, había visto a los primeros que iban volando...Muy optimista ella.
Seguimos hacia el Montaño por asfalto. Esta carrera es muy asfaltera, bastante rápida, al menos en los dos primeros tercios del recorrido.
Dejamos el asfalto por un rato y damos paso a una combinación de senda y pista bajo un calor que ya empieza a apretar. Llego a un avituallamiento y me doy cuenta de que el agua ya está caliente. No pasa
nada, bebo un poco y el resto me lo echo por encima...que gusto!!
Supero una empinada pala y hago cima. El descenso es primero por una senda algo técnica, pero luego accedemos a una pista por la que se puede bajar muy rápido. A gusto.

Llegamos al bidegorri y de nuevo por asfalto iniciamos la subida hacia el barrio de La Cuesta, donde se encuentra la salida y llegada. Al pasar me pregunta Rosa a ver qué tal voy. Contesto que bien, y es la verdad. Prefiero el calor al frío.

Sigo hacia delante para rematar la carrera con el último monte del día, y el más alto de los tres, el Serantes. No creo que lo subiera demasiado lento, pero noté que se me atragantó, que iba atrancado. El Serantes me trae muchos recuerdos de cuando íbamos con el colegio todos los domingos al monte. En la ocasión que visitamos esta montaña mi hermano Aitor hizo una de las suyas, tendría unos cinco o seis años y lo subió a toda leche. Claro, llegó reventado después de su alarde...¿Consecuencia? Pues que mi ama lo tuvo que bajar a burriquitos.
Y la verdad, a mi hoy que mi ama me hubiera descendido desde la cima no me hubiera importado, jejeje, pues otra vez empecé a notar que se me recalentaban en exceso los pies, por lo que decidí dejar de correr e ir andando durante un rato.
Completamos los últimos cientos de metros por asfalto y cruzo la línea de meta. Avituallamiento sólido, líquido, posibilidad de recibir masajes, camiseta de regalo...y todo por cinco euros.
Y encima la playa al lado para que después de ducharme me pegara una buena insolación.
Ni sé el tiempo que hice ni el puesto logrado, pero supongo que en mi línea.
Eso sí, me traje un par de ampollitas pequeñas para casa que espero que se recuperen para el viernes. De lo contrario, sería para matarme.


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