sábado, 8 de marzo de 2014

Hey Brother...

La verdad que la vida deportiva tanto de mi hermano Aitor como de la mía normalmente siempre han transcurrido por caminos diferentes, siendo lamentablemente escasas las ocasiones en las que hemos ido "de la mano" haciendo alguna actividad.

De pequeño yo solo tenía ojos para el fútbol, estaba todo el día con el balón, y bueno, no se me daba mal. Aitor, al igual que todo el mundo, también probó suerte en el balonpié, pero nunca fue lo suyo. Es más, yo creo que apenas le gustaba.

Fueron pasando los años y cada uno fuimos buscando nuestro sitio. El hermano pequeño encontró en el skate y en la montaña su patio de recreo. Hoy en día, después de unos cuantos huesos rotos y miles de trucos ejecutados, sigue siendo un habitual del "embarca", lugar donde suelen darle caña al skate los de Basauri. Una máquina, para que nos vamos a engañar.
Además, ahora parece que ha retomado el gusto, después de haber estado apartado un tiempo, por las salidas a la montaña.

Sin embargo, pensándolo bien, no sé si yo he encontrado mi sitio, más bien creo que no, pues han sido muchos los deportes que he practicado y sigo practicando con cierta regularidad, como el antes citado fútbol, surf, trail, remo, karate, escalada, etc etc etc.
Lo cierto es que me da igual, ojalá siga sin encontrar mi camino...

El caso es que ayer, cada uno con un trozo de hierro con ruedas, nos dimos una vuelta por las faldas del Ganguren, zona ideal para novatillos como nosotros. Amplias pistas sin demasiado desnivel.
Hermano mayor y hermano pequeño

 Seguro que nuestros caminos se vuelven a cruzar con más asiduidad. No, yo no me voy a poner encima de un skate (todos sabemos lo que sucedería...), pero me da que él sí que le va a pillar gustillo a eso de correr por el monte...


Sorteando algún obstáculo...

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